Algunas técnicas de las obras de la
IV Cumbre de Mar del Plata
Mi monitor desde unas dos
semanas tiene como fondo de pantalla la vista del Puente de La
Cumbre emplazado a la entrada del Paseo Dávila. Es una obra que por
sus efectos e integración con otra adyacente lograda con mucha
exquisitez, el parque de Las Américas, por sí misma, ha sojuzgado la
atención de los marplatenses y turistas que se acercan a visitar el
lugar.
Casualmente, sentado en mi café,
un antiguo cliente de más de treinta años, miraba extasiado la
imagen del puente en mi monitor. ¡Qué buena foto! ¿Te gusta el
puente?, me dice. Por supuesto qué me gusta. De aquí mi curiosidad
para saber más.
El señor Raúl Zubillaga, de él
se trata, empezó a entusiasmarse. Su empresa de carpintería de
tercera generación hizo todos los trabajos de revestimiento del
puente, las pérgolas, los decks con su respectivos bancos. Los maderos
laterales del puente, que le dan la estilización, son tablas de
lapacho paraguayo con curvas cortadas con suma precisión,
agujereadas en taller y luego izada por sus baricentros para que no
se inclinaran de costado y resultaran de fácil manipulación para la
fijación. No están pintada: han sido empreñadas mediante una máquina
especial ‘Airless’ en cuatro procedimientos con lacas poliuretánicas
sin diluir. Así lo mismo para los peldaños y el entablado del
puente, y los dos accesos.
Los decks y la madera de las
pérgolas de La Plaza de las Américas y de Plaza España, son de
‘anchico misionero’ y empreñadas con el mismo procedimiento que el
puente. El tensado con cables de acero y accesorios ha sido
prolijamente ejecutado por una firma de la Dársena del Puerto
perteneciente al señor Victorio Elena.
Seguiré con más descripciones de
técnicas aplicadas a las obras realizadas por firmas marplatenses en
casi su totalidad. Esfuerzos e imaginación marplatense han dado como
resultado un conjunto de obras hermosas, con un estilo en común, con
materiales sólidos y duraderos. |